Al cerrar mi ejercicio
de abrazos, mimos y cariños
encuentro que en las yemas de mis dedos
quedan aún muchos recados
para el cuerpo que acaricio.
Al cerrar mi boca ante el espejo
donde se reflejan nuestros sueños
veo como se agitan los labios
conteniendo los besos que no pueden ir lejos
Al cerrar mis ojos en la noche
no veo nada, es cierto,
tanto como que presiento tu mirada
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