2010/10/14

soneto

Ver como vuelan y escapan los recuerdos
y sentir como crece la distancia
en la yerta y desangelada estancia
en la que habitan idos los cuerdos.

Contemplar como mueren los acuerdos
y el eterno retorno a la lactancia
te convierte lejos de la jactancia
en poco más que un pastor de cerdos.

Sufrir en carne ajena la condena
de vivir en la propia los olvidos
y arrastrarse por el lodo y la pena.

Despertar con los ojos doloridos
y el tobillo sujeto a la cadena
de pensamientos turbios y podridos.

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